El delantero francés del Borussia Mönchengladbach calcó el gesto del ex jugador de la NFL para pedir justicia por la muerte de Floyd

A finales de 2016, Colin Kaepernick, entonces jugador de los San Francisco 49ers de la NFL, clavó la rodilla y agachó la cabeza sobre el césped mientras sonaba el himno de Estados Unidos, durante el duelo frente a los San Diego Chargers. Aquello condenó su carrera, pero él nunca se arrepintió: «No voy a levantarme y a mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y a la gente de color».

A miles de kilómetros de allí, y cuatro años después, Marcus Thuram, hijo del ex azulgrana y campeón del mundo francés Liliam Thuram (22 años), reconocido luchador contra el racismo, repitió la estampa sobre la hierba del Borussia Park de Mönchengladbach. Sin himno ni público de por medio. Lo hizo tras marcar el primero de sus dos goles al Unión Berlín (4-1). Ese gesto era su manera de protestar contra la muerte en Mineápolis de George Floyd. Su manera de pedir justicia ante lo sucedido en Estados Unidos.

Desde la cuenta de Twitter del Borussia Mönchengladbach publicaron la imagen de su delantero, junto a la frase: «No hace falta explicación».

No fue el único gesto que se vivió en la Bundesliga. 24 horas antes, el centrocampista estadounidense del Schalke, Weston McKennie, portó un brazalete donde se podía leer «Justicia para George». Una manifestación que podría suponerle una sanción, ya que la DFL, independientemente de la causa, no permite mostrar lemas o frases reivindicativas.